El alma detrás de Selbeyé
Tania comenzó en el mundo de la belleza sin imaginar que un par de pestañas cambiarían su destino.
Era 2016, y su curiosidad la llevó a hacerse extensiones por primera vez en México.
Ese gesto, aparentemente trivial, encendió algo en ella: la fascinación por el poder de los pequeños detalles para cambiar cómo una mujer se siente consigo misma.
Migrar a Estados Unidos no fue fácil.
Comenzó desde cero, con más sueños que recursos.
Durante meses trabajó con modelos solo para poder tomar fotos, mientras su Instagram tenía dos seguidores: su esposo y su mamá.
Pero no se rindió.
Detrás de cada servicio había una intención clara: crear un espacio donde las mujeres se sientan vistas, escuchadas y valoradas.
Con el tiempo, Selbeyé se convirtió en un reflejo de su historia:
de la perseverancia, de la fe en los procesos lentos, de la convicción de que la belleza es una forma de resistencia.
Tania no busca solo embellecer rostros; busca recordar a las mujeres que su brillo no depende de filtros ni apariencias.
Su arte combina técnica, empatía y propósito.
Y así, poco a poco, ha logrado construir una comunidad que va más allá de la estética: una tribu de mujeres que creen en verse bien para sentirse mejor y sentirse bien para lograr más.
